January 31, 2018
by Padre Gustavo Ruiz
Aunque ya vamos avanzados en el catecismo para nuestros niños que van a recibir los Sacramentos de la Confirmación y de la Primera Comunión y aunque ya sabemos que todos los niños ya conocen sus rezos y oraciones para Enero o Febrero de este nuevo año 2018, es importante recalcar que la nueva evangelización en nuestras parroquias comienza a estas edades – las edades de nuestros niños. Es una experiencia de volver a encontrar la nueva misión o el nuevo territorio de la Iglesia que debe de empezar por el catecismo parroquial. No podemos concebir a una parroquia sin niños que atiendan al catecismo. Esa parroquia decaerá y morirá si no hay más niños y más catecismo.
Pero, ¿cuál es el contenido real de nuestra catequesis? ¿Cómo podemos incrementar el conocimiento y la asimilación de nuestra fe católica en nuestros niños o en las nuevas generaciones de católicos? ¿Cómo podemos evangelizar nuevamente a nuestros jóvenes y señoritas que ya no asisten a la Iglesia porque ya hicieron sus Sacramentos de la Confirmación y de la Primera Comunión y ya pasaron sus “Quince años”? No tenemos todas las respuestas a estas preguntas, pero debemos todos de unirnos para poder responder a esta necesidad pastoral de nuestra Iglesia Parroquial y Diocesana.
El catecismo de niños es la nueva tierra de misión para la Iglesia Católica. Es parte de la nueva evangelización que se debe de hacer. Por esto, el contenido de nuestra catequesis debe de enfocarse en el misterio de la Santísima Trinidad: los niños deben de saber quién es Dios Padre, quién es Dios Hijo y quién es Dios Espíritu Santo. Esto depende de la experiencia catequética de nuestras Catequistas. Las Catequistas deben de actualizarse cada año en sus métodos de enseñanza y de evangelización. El contenido de la catequesis va a quedarse en la mente de los niños cuando las Catequistas lo puedan transmitir bien y lo hagan de corazón. Nuestras catequistas necesitan aprender más sobre cómo dar catecismo y necesitamos establecer en nuestra Diócesis un método de aprendizaje o clases de actualización para nuestras catequistas.
También, sabemos que tenemos que hacer nuestro catecismo más disponible para los niños que no estudian para los sacramentos. Los niños más pequeños van a aprender a su paso los misterios de Dios. Sin embargo, es un poco más complicado el ensenar a los niños que ya han hecho sus Sacramentos de la Confirmación y la Primera Comunión. La mayoría de estos niños y sus padres no vienen ya más a las Eucaristías ni a las confesiones. La realidad de nuestras personas en nuestras iglesias es que los jóvenes ya no quieren venir a participar en los grupos de jóvenes, ni en las Eucaristías, ni en las confesiones, ni en las actividades parroquiales. Sus padres tienen que trabajar hasta en dos trabajos y no tienen tiempo para llevarlos más al catecismo o al grupo de jóvenes o a la Eucaristía. A parte, los jóvenes tienen una pasión por los deportes que se practican en las escuelas y ya no hay tiempo ni para venir una hora a la Eucaristía ni al catecismo.
Es por esto que, parte de la nueva evangelización en nuestras comunidades eclesiásticas, debemos de trabajar más intensamente en el catecismo para nuestros niños y jóvenes. Les invito a poner en oración nuestras intenciones más específicas para tener éxito en nuestra evangelización y en nuestra pastoral. Nuestros jóvenes terminan yendo a iglesias protestantes que les ofrecen solo juegos, conciertos musicales, café y un evangelio “light”, es decir, sin compromisos. Eso les fascina a los jóvenes, quienes no necesitan involucrarse en nada de la Iglesia. Al final, cambian su religión o simplemente no van a ninguna iglesia. Esa es nuestra realidad eclesial.
Por eso, propongo que establezcamos metas pastorales concretas para hacer más retiros de conversión para jóvenes, para hacer más dinámicas para los grupos juveniles, para atraer más a los niños que ya hicieron sus sacramentos y puedan seguir viniendo a aprender más sobre Dios y su Iglesia Católica. Esta debe de ser una prioridad pastoral en nuestras parroquias hispanas. Reflexionemos sobre nuestros métodos de evangelización y de catequesis, para que, los agentes de catequesis y de evangelización, puedan enfocar sus esfuerzos en el catecismo y en los jóvenes de nuestra parroquia, al igual que en sus padres. ¡Oremos por la nueva evangelización de todas familias católicas! ¡Dios los bendiga!